Programa Nacional de Salud de las personas Adultas Mayores Minsal 2014


El irreversible fenómeno del envejecimiento poblacional y los avances en el conocimiento de las patologías que afectan a las personas mayores, han permitido orientar la atención de salud de este grupo etario, dentro de un enfoque anticipatorio y preventivo, dirigido a la mantención de la funcionalidad. Dicho de otra manera, antes de que se instale el daño.

La instalación de una mirada anticipatoria y preventiva se logró en 1995 a través de la creación del Control Sano del Adulto Mayor, consistente en la Evaluación Funcional del Adulto Mayor (EFAM-Chile) como nudo central, siendo éste un instrumento de screening predictor de pérdida de funcionalidad, aplicado a todos las personas de 65 años y más.

Posteriormente en el año 2008, este control de salud, pasó a ser el Examen de Medicina Preventiva (EMPAM) actual garantía GES. Con el fin de hacer más acucioso y predictivo este examen, al EFAM se agregó mediciones antropométricas, evaluación de la presencia de redes de apoyo, riesgo de caídas, presencia de trastorno de ánimo y sospecha de maltrato.

 Estrategia Nacional de Salud 2011-2020 para Chile.

La Estrategia Nacional de Salud para el periodo 2011 – 2020 ha desarrollado 9 objetivos estratégicos (figura 1) en los que la atención de salud de las personas mayores, está priorizada en el Objetivo Estratégico Nº 4: Reducir la mortalidad, morbilidad y mejorar la salud de las personas, a lo largo del ciclo vital, con su objetivo estratégico específico “mejorar el estado funcional de las personas mayores”.

Figura Nº 1: Objetivos sanitarios 2011-2020



Fuente: Minsal. Estrategia Nacional de Salud para el cumplimiento de los objetivos sanitarios 2011-2020.

Se han priorizado tres estrategias fundamentadas basadas en la evidencia en relación a la salud de las personas mayores en la Estrategia Nacional de Salud. Las cuales son:

1. Sensibilización y promoción para incentivar el envejecimiento saludable y las buenas prácticas de cuidado de la persona mayor, a través del trabajo intersectorial.

2. Mejoría de la calidad de atención de la población adulta mayor en Atención Primaria a través del aumento de la resolutividad en la atención.

3. Instalación de modelo de atención geriátrica integral en red al interior de hospitales de alta complejidad.

Los Resultados esperados para estas estrategias con sus respectivos indicadores al momento son:

Indicadores de los Resultados Esperados del Objetivo Estratégico Nº 4, relacionados a las personas mayores.


  
Actualmente existen diferentes estrategias desarrolladas en la red, que favorecen el cumplimiento de este objetivo, estas son:

1) Instrumento validado que permite la evaluación funcional de la persona mayor en la comunidad, detectando la pérdida de la funcionalidad en el corto y mediano plazo (EFAM). (Albala, 2007).

2) Examen Médico Preventivo del Adulto Mayor (EMPAM), que se encuentra como parte de las garantías GES (MINSAL, 2008).

3) Talleres de Prevención de Caídas. (Programa del Adulto Mayor, MINSAL, 2010).

4) Capacitación a equipos de salud de APS en atención integral de la persona mayor

5) Gestor de casos, equipo socio sanitario que favorece la continuidad de los cuidados en la Red de atención de salud de la persona mayor. (Programa Adulto Mayor, MINSAL, 2010).

6) Centros de Rehabilitación Comunitaria, iniciados en el año 2003 cuyo objetivo es insertar el modelo de rehabilitación integral y biopsicosociales que permitan la integración social y autovalencia de las personas mayores.

7) GES para personas 65 y más años: se incorporan 7 patologías GES de relevancia en la salud de las personas mayores.

8) Programa de Alimentación Complementaria para el Adulto Mayor (PACAM).

9) Coordinación directa con el Intersector, en especial con SENAMA.

10) Orientación técnica para la atención en salud en las personas adultas mayores en atención primaria.

La Estrategia Nacional de Salud (2011- 2020) incluye, entre sus 9 objetivos estratégicos, algunos que se relacionan con la salud de las personas mayores, ya sea por su carácter transversal en todos los grupos de edad, o por involucrar enfermedades de alta prevalencia en este grupo etario.

Objetivo estratégico número 1: Reducir la carga sanitaria de las enfermedades transmisibles y contribuir a disminuir su impacto social y económico. Dentro de este objetivo, se encuentran especialmente relacionados a las personas mayores los objetivos siguientes:

  • Eliminar la tuberculosis como problema de salud pública: se sabe que este grupo etario concentra las mayores tasas de incidencia de TBC en el país, por esto, la meta es lograr al año 2020 una tasa de incidencia de tuberculosis a nivel poblacional, de 5 x 100.000 habitantes.
  • Reducir la mortalidad por infecciones respiratorias agudas: actualmente, la tasa de mortalidad a nivel nacional por infecciones respiratorias agudas es de 14,3 x 100.000 habitantes. En tanto, la neumonía constituye la quinta causa de muerte en las personas mayores. La meta es lograr al año 2020, una tasa de mortalidad por infecciones respiratorias agudas de 7,6 x 100.000. Un aspecto fundamental en relación a este objetivo, es aumentar la cobertura de inmunizaciones anti-influenza y anti-neumocócica.


Objetivo estratégico número 2: Reducir la morbilidad, la discapacidad y la mortalidad prematura por afecciones crónicas no transmisibles, trastornos mentales, violencia y traumatismos. Destacan en relación a las personas mayores, los objetivos siguientes:

  • Aumentar la sobrevida de las personas que presentan enfermedades cardiovasculares, incrementando en un 10% la sobrevida proyectada al primer año, luego de un infarto agudo de miocardio o accidente cerebrovascular.
  • Incrementar la proporción de personas con hipertensión arterial controlada, aumentando a un 25,2% al año 2020, a nivel nacional, la cobertura efectiva del tratamiento de hipertensión arterial.
  • Incrementar la proporción de personas con diabetes controlada, aumentando a un 35,8% la cobertura efectiva de la DM2 a nivel país.
  • Reducir la tasa de mortalidad por cáncer en un 5%.
  • Disminuir en 10% la mortalidad por enfermedad respiratoria crónica.
  • Disminuir en 10% la prevalencia de discapacidad severa, en trastornos de salud mental seleccionados.
  • Disminuir en 10% la media de puntaje de discapacidad, destacando en este último punto la importancia de rehabilitar a las personas con déficit sensorial adquirido, trastorno que es muy frecuente en la población de personas mayores.


Objetivo estratégico número 3: Reducir los factores de riesgo asociados a la carga de enfermedad, a través del desarrollo de hábitos y estilos de vida saludables, la primera de sus metas relacionada con todas las personas mayores de 15 años:

  • Aumentar 20% la prevalencia de al menos 5 factores protectores, en población mayor de 15 años. Estos factores protectores incluyen: no fumar, mantener un IMC<25, realizar actividad física regular, consumir al menos 5 porciones de frutas y verduras al día, consumo de OH sin riesgo, mantener PA<120/80 mmhg, Colesterol total< 200 mg/dl y glicemia<100 mg/dl.


Objetivo estratégico número 5: Reducir las inequidades en salud de la población a través de la mitigación de los efectos que producen los determinantes sociales y económicos de salud, se incluyen dos metas, transversales a todos los grupos etarios:
  • Disminuir en 10% el índice de concentración de autopercepción de salud por años de estudio, en población mayor de 25 años.
  • Disminuir en 25% la media de tasa quinquenal de Años de Vida Potencialmente Perdidos de las comunas priorizadas (comunas con mayor tasa de AVPP, que agrupan el 10% de la población).


Objetivo estratégico número 6: Proteger la salud de la población a través del mejoramiento de las condiciones ambientales y de la inocuidad de los alimentos, se incluyen 6 metas transversales a todos los grupos etarios:

  • Disminuir 50% la tasa de días-ciudad del año que se encuentran sobre la norma de material particulado.
  • Disminuir en 10% el nivel de contaminantes intradomiciliarios seleccionados.
  • Aumentar 150% la cobertura de comunas con manejo adecuado de residuos sólidos domiciliarios.
  • Aumentar a 50% la cobertura de sistemas de agua potable rural con agua segura y diagnóstico de disposición de aguas servidas.
  • Disminuir en 10% la tasa promedio de los últimos 3 años de hospitalización por enfermedades transmisibles por alimentos en brote.
  • Aumentar 20% el porcentaje de comunas seleccionadas cuya tasa promedio de los últimos 3 años de metros cuadrados de áreas verdes por habitante, supera recomendación de Organización Mundial de la Salud.


Objetivo estratégico número 7: Fortalecer la Institucionalidad del sector salud, incluye metas también transversales a todos los grupos etarios, entre las que destacan:

  • Aumentar la proporción de servicios de urgencia de hospitales de alta complejidad, que cumplen estándar de recursos humanos en salud.
  • Aumentar la proporción de Unidades de Pacientes Críticos de hospitales de alta complejidad, que cumplen estándar de recursos humanos en salud. 
  • Aumentar el número de centros de atención primaria en operación, con mejoramiento, normalización y/o reposición.
  • Aumentar el porcentaje de pertinencia en la referencia entre los componentes de los servicios de salud.

Objetivo estratégico número 8: Mejorar la calidad de la atención de salud en un marco de respeto de los derechos de las personas, incluyen objetivos transversales a todos los grupos etarios:

  • Disminuir lista de espera.
  • Aumentar los establecimientos de salud acreditados.
  • Mejorar la calidad de medicamentos y tecnologías sanitarias.
  • Disminuir la insatisfacción usuaria.


 Política Integral de Envejecimiento Positivo 2012-2025

En el año 2012, el SENAMA desarrolla la “Política Integral de Envejecimiento Positivo” 2012-2025, que se constituye como una respuesta intersectorial a las necesidades de las personas adultas mayores. Esta Política, fue desarrollada por un equipo de trabajo intersectorial, coordinado por el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) compuesto por el Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio de Salud, la Comisión Especial de Adulto Mayor de la Cámara de Diputados, el Comité Consultivo del Adulto Mayor de SENAMA, el Comité Ejecutivo de SENAMA, Oficina Central y las Coordinaciones Regionales de SENAMA, las organizaciones sociales de personas mayores, organizaciones profesionales y fundaciones relacionadas a las personas mayores, entre otros, reuniendo a una gran parte de los actores públicos involucrados en las temáticas de envejecimiento.

Esta Política propone tres objetivos generales:
  • Proteger la salud funcional de las personas mayores.
  • Mejorar la integración de las personas mayores a los distintos ámbitos de la sociedad.
  • Incrementar los niveles de bienestar subjetivo de las personas mayores.


Estos objetivos generales se acompañan de 13 objetivos específicos, cada uno de los cuales cuenta con una o más metas, que permiten evaluar su impacto. Para alcanzar estas metas, se creó un plan de implementación con acciones a corto, mediano y largo plazo.

Para avanzar en la protección de la salud funcional, la Política plantea la necesidad de desarrollar servicios especializados, escalonados e integrales de salud y cuidados. Para ser especializados, estos servicios deben contar con profesionales con conocimiento especializado en la atención de las personas mayores. Para ser escalonados, deben cumplir el principio de mínima intervención necesaria, fomentando que los consultorios de atención primaria sean la puerta de entrada a la atención de salud. Para ser integrales, deben enmarcarse en el Modelo de Atención Integral de Salud. Este Modelo, debe identificar los factores de riesgo y causas que pueden llevar a los distintos grados de dependencia y pérdida de autonomía, siendo los dos pilares fundamentales de este Modelo, son un Plan de Rehabilitación y un Plan de Demencia (Figura Nº 2).

El Plan de Rehabilitación, aborda los diversos procesos de rehabilitación que apuntan a moderar la disminución de la capacidad motora de la persona mayor, a través de intervenciones centradas en la atención primaria, pero que se extienden también hasta la atención secundaria y terciaria.

El Plan de Demencia, comprende la identificación a nivel de atención primaria del grado de deterioro de la capacidad cognitiva, para dar curso a intervenciones dirigidas que apunten a moderar el avance del deterioro cognitivo y cuando éste es avanzado e irrecuperable, a fortalecer los mecanismos de apoyos familiares y comunitarios.

Figura Nº 2: Sistema de atención integral de las personas mayores




Sub- programas 

Programa del adulto mayor 2002

El Departamento de salud de las personas (MINSAL, 2002) elaboró la “Norma para la Atención Integral de Salud del Adulto Mayorhasta el momento vigente, donde se planteó que el gran desafío para la “Política de salud” era adaptar el tipo y las características de la atención otorgada en los distintos niveles de salud para lograr un envejecimiento saludable, con mayor autonomía y menor discapacidad, teniendo en cuenta el perfil demográfico y epidemiológico de la población chilena, el enfoque de género, el aumento de la esperanza de vida y las condiciones socio-económicas, urbano-rural y regional.
Esta propuesta se enmarcó en los principios de solidaridad intergeneracional y de equidad, y se sustentó fuertemente en las estrategias de participación social, descentralización, intersectorialidad y trabajo en equipos multidisciplinarios, teniendo dos grandes objetivos de la atención de salud:
  • Contribuir a mantener o recuperar la autonomía de la persona mayor, con el fin de mejorar su calidad de vida
  • Prevenir la mortalidad por causas evitables, contribuyendo de esta manera a prolongar la vida.


Programa Nacional de Alimentación Complementaria del Adulto Mayor (PACAM)

En el año 1998 el Gobierno del Presidente Eduardo Frei solicitó al Ministerio de Salud iniciar un estudio para ver la factibilidad de un programa de alimentación complementaria dirigido a la población adulta mayor, que se asemejara al histórico y exitoso programa de alimentación dirigido a niños y embarazadas, El Programa del Adulto Mayor y la Unidad de Nutrición del Ministerio de salud realizó estudios que fundamentaron el programa de alimentación complementaria el que incentiva a la persona mayor a acudir al consultorio no sólo por enfermedad sino para un control de salud que permite pesquisar factores de riesgo latentes, con el fin de realizar acciones anticipatorias a la pérdida de funcionalidad.
Los Objetivos del PACAM son:
  • Contribuir a prevenir y tratar las carencias nutricionales de la persona mayor
  • Entregar un complemento nutricional a las personas de 70 años y más, a las mayores de 65 años que estén en tratamiento de TBC en los establecimientos de atención primaria de salud, a las mayores de 60 años del convenio con Hogar de Cristo y mayores de 65 del Chile Solidario.
  • Contribuir a mantener o mejorar la funcionalidad física y psíquica de la persona mayor.
  • Mejorar la detección y control de factores de riesgo de pérdida de funcionalidad.
  • Incentivar una mayor adherencia a las actividades del Programa de Salud del Adulto Mayor.
  • Promover en los consultorios de salud, postas rurales y otros establecimientos de atención primaria, una modalidad de trabajo integral con relación a la persona mayor, con participación de profesionales del área de atención médica, nutricional, asistencia social, de la familia y de las organizaciones de la propia comunidad.
Los beneficiarios del PACAM son las personas mayores de 70 años, las mayores de 65 años con TBC, indigentes y de hogares unipersonales identificados en el programa Chile solidario e indigentes de 60 y más años identificados en la población atendida por el Hogar de Cristo. Estos beneficiarios reciben 1 kilo de Crema Años Dorado y 1 kilo de Bebida Láctea, retirados directamente de su centro de salud de atención primaria.
En el 2008 se realizó un estudio cuyo propósito fue evaluar la aceptabilidad, tolerancia y consumo de los alimentos del programa y el aporte de los mismos a la alimentación diaria en una muestra de beneficiarios del PACAM de distintos consultorios de la Región Metropolitana por parte del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Los resultados corroboraron que la bebida láctea presenta una excelente aceptabilidad, tolerancia y consumo por parte de los beneficiarios desde su incorporación al programa. Sin embargo, aún no se ha evaluado el impacto nutricional del PACAM, lo que es fundamental para analizar su costo-efectividad y decidir eventuales ampliaciones o modificaciones. Aun cuando el diseño de un estudio de impacto es complejo, por la falta de un adecuado grupo control, es imperativa su realización con el propósito de evaluar el efecto sobre el estado nutricional, incluyendo niveles plasmáticos de micronutrientes, funcionalidad, inmunidad, o grado de control o prevalencia de enfermedades crónicas, de acuerdo a los objetivos planteados por el programa. Sólo así se podrá establecer si la inversión actual, que supera los US$19 millones al año, se justifica no sólo por razones sociales sino además sanitaria y económica (Masi Celia, 2008).


Programa Nacional de Inmunización del Ministerio de Salud (MINSAL, 2012)

El Programa Nacional de Inmunización contempla la vacunación a las personas mayores con el objetivo de disminuir las complicaciones y la mortalidad por influenza y neumococo, protegiendo a la población en riesgo de gravedad. Desde el año 2007 se inmunizó a las personas mayores de 75 años y más, adicionando a la influenza, la inmunización con vacuna neumocócica 23 valente. Al año siguiente se aumenta la cobertura a los adultos mayores de 65 años y más, quedando incorporada como vacuna programática para personas de 65 años en 2010. La inmunización con vacuna anti neumocócica se inició como campaña en el año 2007, en conjunto con la vacunación anti influenza. El grupo objetivo contempla a los mayores de 75 años y más, población que se fue modificando en las siguientes campañas. El año 2010 fue incorporado el decreto de vacunación obligatoria para el adulto mayor de 65 años, con la finalidad de no perder la oportunidad durante la campaña de influenza de inmunizar contra enfermedades neumocócica.
Por otra parte, la campaña de vacunación contra la Influenza se realiza todos los años y está dirigida a los grupos más vulnerables para esta enfermedad. El objetivo es prevenir la infección, sus complicaciones y muerte por Influenza, entregando la vacuna en forma gratuita en todos los centros de salud primaria y postas rurales del país. La vacuna reduce entre un 50% a un 60% las hospitalizaciones y en un 80% la letalidad, por esta causa.
En las personas mayores, las defensas del organismo se debilitan a medida que avanza la edad, al igual como ocurre con otras funciones, por esto tienen un riesgo mayor de presentar enfermedad grave, complicaciones, requerir hospitalización, cuidados intensivos e incluso riesgo de fallecer. Por esta razón, las personas mayores deben vacunarse contra la Influenza.

Compromiso de gestión hospitalaria: Hospital amigo

La estrategia “Hospital Amigo”, forma parte de los objetivos sanitarios y líneas programáticas ministeriales, en el marco de implementación de un modelo de atención de salud integral, con enfoque familiar y comunitario, con la participación de la familia, la comunidad y la sociedad civil.
Desde el objetivo estratégico ministerial “Salud acogedora, comprometida y participativa”, se desprende esta línea programática de Hospital Amigo, que a su vez, agrupa actividades relacionadas con la apertura de los establecimientos a la familia y comunidad, cuyas metas vinculadas a las personas mayores, son:

  • Hospitalización de personas mayores con autorización de acompañamiento en el día y la noche, en el 100% de los hospitales
  • Alimentación asistida de acuerdo a dependencia del paciente
  • Sistema de acogida e información a la familia
  • Integración del familiar en la atención de la persona mayor hospitalizada y planificación del egreso en conjunto con la familia y servicio social


Las metas de la Estrategia Hospital Amigo, con la apertura de los hospitales y comunidad, desde el año 2006 (de acuerdo al Informe a marzo 2010) han alcanzado los siguientes resultados gradualmente:
  • El 98% de los hospitales cuentan con 6 horas de visita diaria en las Unidades Clínicas con camas no críticas.
  • El 80% de los hospitales del país, con camas de personas, cuentan con autorización de acompañamiento de 24 horas, para personas mayores.
  • Actualmente, los hospitales que cuentan con acompañamiento a niños/as y personas mayores, han incorporado en sus programas la alimentación asistida. 
  • El 50% de las Unidades de Emergencia del país de mayor demanda, cuentan con un profesional, que hace de enlace entre el equipo de salud, y la familia del enfermo que se encuentra en atención.
  • Los hospitales que cuentan con acompañamiento de la persona mayor, han incorporado acciones orientadas a la integración del familiar y, a la planificación del egreso en conjunto con la familia y el Servicio Social.

Garantías explícitas en salud (GES) para las Personas Mayores

El sistema de Garantías Explícitas en Salud es un complejo mecanismo que permite al Estado chileno otorgar prestaciones específicas en ámbitos prioritarios para los beneficiarios del sistema de salud. A continuación se presentan aquellas garantías relacionadas con las personas mayores:







Examen de Medicina Preventiva de las personas adultas mayores (EMPAM)

El proceso de atención de las personas mayores en APS se inicia con el Examen de Medicina Preventiva del Adulto Mayor (EMPAM), del Ministerio de Salud (2008) a toda la población beneficiaria mayor de 65 años. Este examen constituye una pesquisa oportuna de factores de riesgo, problemas de salud y predicción de la pérdida de funcionalidad. Se clasifica a la población mayor en autovalente, autovalente con riesgo y en riesgo de dependencia, y esto permite dirigir acciones específicas a cada grupo según su grado de funcionalidad. La cobertura del EMPAM ha presentado un aumento porcentual muy leve entre 2011 y 2012. Sin embargo, este aumento no se condice con el aumento de población bajo control, ya que la cantidad de EMPAM realizados es menor a la cantidad de personas que se controlan. Así, al año 2012 la cobertura es aún insuficiente. Por tanto, sigue siendo un desafío lograr una mayor cobertura de este examen en las personas.


visión, misión, propósito, objetivos y población a cargo del programa 


Visión  

Chile, un país donde las personas adultas mayores cuentan con un programa de salud integral en que a través de acciones de fomento de la integración social, promoción de la salud, prevención de la dependencia y enfermedad se contribuye al envejecimiento activo y saludable, en el marco de un enfoque de derechos, determinantes y género.

Misión 

Desarrollar e implementar el programa nacional de las personas adultas mayores, contribuir al desarrollo y mejoría de la calidad de vida de las personas mayores del país, para que permanezcan autónomas y autovalentes por el mayor tiempo posible, resolviendo sus problemas de salud con una atención de calidad, optima, eficaz y eficiente en la red asistencial.

Propósito 

Contar con un programa de atención de salud integral de calidad para las personas adultas mayores, que promueva el envejecimiento y la calidad de vida saludable, a través de acciones en los diferentes niveles de la red asistencial.

Objetivo general 

Desarrollar un Programa Nacional de Salud de Personas Adultas Mayores, de carácter integral e integrado, que contribuya a mejorar la autonomía, autovalencia y prevenir la dependencia en personas adultas mayores enfatizando la calidad de la atención, con un enfoque de derechos, género y pertinencia cultural, considerando el modelo de atención integral de salud con enfoque familiar y comunitario y el modelo de determinantes sociales de la salud, con relevancia nacional e internacional.

Objetivos específicos

1.-Abogar por que en el más alto nivel de la agenda política se visibilicen los requerimientos y necesidades de las personas adultas mayores en el desarrollo de políticas, planes y programas de todos los sectores públicos y privados, que favorezcan su salud integral, calidad de vida y participación social.
  • Constituir alianzas estratégicas con los sectores e instancias del ámbito público y privado que favorezcan la salud integral de las personas adultas mayores, su calidad de vida y participación social.
  • Participación de las personas mayores y fortalecimiento de las redes sociales.


2.- Establecer alianzas intra e intersectoriales para desarrollar estrategias de comunicación social que favorezcan la construcción de entornos de apoyo, que promuevan comportamientos saludables en esta población, a nivel nacional y regional, facilitando el desarrollo conjunto de estrategias que promuevan un envejecimiento activo y saludable.

  • Gestionar programas de Comunicación social con contenidos de promoción de envejecimiento saludable y buenas prácticas de cuidados de las personas mayores.
  • Elaborar y mantener actualizada espacio virtual del Programa en pág. web del MINSAL, SEREMI y Servicio de Salud.
  • Potenciar y difundir desarrollo de experiencias exitosas y/o iniciativas de buenas prácticas en el trabajo con personas mayores, vinculadas a su desarrollo integral.


3. -Establecer el marco regulatorio técnico, administrativo, jurídico y operacional, vinculado a las áreas programáticas priorizadas, para la atención de las personas adultas mayores.
  • Relevar y transversalizar el tema del envejecimiento saludable en las áreas de: promoción de la salud, salud mental, salud nutricional, discapacidad, enfermedades crónicas no transmisibles, enfermedades oncológicas y salud odontológica, entre otras.
  • Diseñar, editar y publicar normas técnicas, guías clínicas, orientaciones técnicas y documentos regulatorios referentes a los temas relacionados con la salud de personas mayores para estandarizar procesos de atención. 
  • Mantener coordinación constante con referentes de Subsecretaría de redes asistenciales para trabajar en la implementación de los documentos regulatorios y orientadores.
  • Diseñar y coordinar con referentes de Subsecretaría de redes asistenciales plan de trabajo para la implementación de los documentos regulatorios y orientadores.


4.- Organizar la oferta de servicios del sistema de salud, sobre la base del modelo de atención integral de la persona mayor, asegurando calidad en los distintos niveles de atención, de manera que respondan de manera integral e integrada a las necesidades de las personas adultas mayores.

  • Contar con prestaciones de salud de calidad, integral e integrada para la atención de las personas mayores.
  • Definir el conjunto de prestaciones de atención en promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación en los niveles de atención de la red asistencial, de acuerdo a las áreas temáticas priorizadas por el programa.
  • Definir un plan de acción de cierre de brechas de acceso, en el nivel primario, secundario y terciario de salud.
  • Implementar nuevo proceso de atención de la persona adulta mayor en la red asistencial, según orientación técnica.
  • Colaborar en los procesos de referencia y contrarreferencia para la atención integral de la persona adulta mayor en la red asistencial procurando continuidad de los cuidados y oportunidad de la atención en salud, de acuerdo a la normativa vigente y a los principios orientadores del programa de salud de la persona adulta mayor.
  • Diseñar e implementar sistema de evaluación y monitoreo de calidad de la atención de salud para la persona adulta mayor.
  • Definir plan de asesorías técnicas regionales para seguimiento de la implementación orientaciones del programa (Presenciales, videoconferencias, jornadas macro regionales, otras)


5.- Desarrollar estrategias de promoción y prevención orientadas a fomentar factores protectores que contribuyan al desarrollo integral de las personas mayores, con intervenciones basadas en la familia y la comunidad.

  • Fortalecer las intervenciones comunitarias que promuevan la participación y la integración de las personas mayores en la comunidad.
  • Impulsar programa de apoyo a cuidadores de personas mayores dependientes.
  • Impulsar y apoyar la realización de programas para población de personas mayores preferentemente vulnerable y/o en riesgo, a través de actividades comunales con el propósito de promover la salud en forma integral.
  • Gestionar el desarrollo de estrategias intersectoriales para favorecer la Participación de las personas mayores y fortalecimiento de las redes sociales.


6.- Contar con recursos humanos con competencias y habilidades, que respondan a las necesidades y características de la población adulta mayor.

  • Contar con el desarrollo de equipos de salud interdisciplinarios, comprometidos y capacitados en la entrega de atención de salud integral a las personas mayores, que respondan a las necesidades y características de esta población.
  • Definir perfil de competencias y habilidades técnicas para profesionales que brindan atención a población de personas adultas mayores y sus familias.
  • Definir un plan de cierre de brechas de recursos humanos, en el nivel primario, secundario y terciario de salud, capacitados en la atención integral de personas adultas mayores en Chile.
  • Recomendación continúa a los centros formadores de pre y postgrado, la incorporación en mallas curriculares de carreras de ciencias de la salud y afines, contenidos en salud integral de las personas mayores.
  • Desarrollar un programa de formación continua en modalidad virtual y/o presencial de profesionales que atienden personas adultas mayores en los tres niveles de atención, fortaleciendo el Programa existente.


7. Fortalecer el sistema de información en salud de las personas adultas mayores, generando información de calidad en los distintos niveles, que permita facilitar la toma de decisiones, el monitoreo y la evaluación de las respuestas institucionales.

  • Establecer un plan de evaluación, monitoreo y mejora continua del Programa nacional de salud de las personas mayores.
  • Alinear la información de los registros requeridos por el Programa Nacional de Salud de la Personas Adultas Mayores, con el sistema de información institucional de salud actual, que permita generar información de calidad sobre la salud de las personas de 65 años y más.
  • Mantener actualizado el diagnóstico epidemiológico nacional, regional y por SS de las personas adultas mayores del país.
  • Desarrollar estudios que permitan conocer el impacto de la implementación del proceso de atención de la persona adulta mayor en la red asistencial.


8.- Desarrollar un plan de soporte financiero sustentable que permita la implementación del Programa Nacional de Salud de las Personas Mayores, realizando anualmente evaluación de logro de resultados comprometidos.

  • Desarrollar aporte financiero consistente y permanente en concordancia con las necesidades detectadas dentro de las prioridades programáticas y la progresión del desarrollo del programa.
  • Contar con los recursos financieros necesarios para la ejecución del Programa a nivel país, asegurando equidad accesibilidad, y eficiencia.
  • Contar con mecanismo de asignación de recursos acordes a la realidad para el programa de salud integral de las personas adultas mayores, en la red asistencial.


Población objetivo

Este programa incluye como beneficiario directo a toda la población de personas mayores de 65 y más años y beneficiarios indirectos a la familia, cuidadores, comunidad y equipos de salud.


ASPECTOS TÉCNICOS DEL PROGRAMA

ANTECEDENTES

La atención integral en red debe ser continua, para lo cual se necesita un sistema de salud sólido y con directrices firmes. Para ello, a continuación, se da a conocer lo que se entiende por integralidad de la atención, seguido por las prioridades dentro de ella.
Hablar de continuidad de cuidados de las personas mayores, es hablar de toda la red en su conjunto, con una visión de un todo, no parcelado, ni por etapas. Al entrar una persona adulta mayor al sistema de salud debe tener una secuencia coherente de atenciones frente a sus necesidades. Que los diferentes niveles de atención del sistema público den cuenta de esto es un gran desafío que se plantea, pero que es posible alcanzar. (Figura Nº 3)

Figura Nº.3: Continuidad de cuidados en la atención de salud a las personas mayores.


Fuente: Programa de las personas adultas mayores. 2014.

Para ser integrales, los servicios de salud y cuidado deben considerar interacciones entre ambos y deben adoptar enfoques sociosanitarios que se enmarquen en el “Modelo de atención Integral de salud.” el cual tiene como propósito “la prevención de la dependencia en las personas mayores”, la cual es transversal a toda la red asistencial

Principios generales para la atención

Algunos principios que se deben tener presentes al enfrentarse a la atención de una persona adulta mayor:
  • Intersectorialidad: La asistencia a personas con demencia, implica mucho más que la sola atención de salud. Para brindar cuidados dignos y de calidad, se requiere la participación y compromiso de todos los sectores sociales. Por ello, una política de atención integral de las demencias, sólo es posible en tanto su elaboración e implementación sea realizada en conjunto con los Sectores involucrados (Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), Municipios, entre otros), incluyendo a las organizaciones sociales relacionadas con el tema.
  • Prevención primaria: Un eje central en la política de atención a las personas adultas mayores, es ciertamente la promoción de una vejez saludable y la prevención de enfermedades. Si bien la prevención de las demencias depende de las causas específicas que las ocasionan, las recomendaciones sobre estilo de vida saludable son aplicables al conjunto de ellas.


Desde el sector Salud, las acciones que contribuyen a prevenir las demencias son: la promoción de factores protectores de la salud, (nutrición equilibrada, actividad física regular, mantención de la actividad intelectual y participación social) y el control de los factores de riesgo cardiovascular, (sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo) a través del ciclo vital. De igual forma el buen manejo clínico de las enfermedades emergentes como hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad y dislipidemia, que son consecuencia de un estilo de vida poco saludable, en que existe exceso de uso de sal, mala alimentación, consumo de sustancias, inactividad física, entre otros.

Desde el intersector, la realización de campañas que impulsen un envejecimiento activo, son un ejemplo de acciones de prevención de las demencias.

  • Detección y diagnóstico tempranos: A pesar de todas las acciones preventivas y promocionales que se puedan desarrollar, no se podrá evitar que algunas personas desarrollen demencia, por lo que es fundamental el desarrollo de líneas de acción sectoriales e intersectoriales que apunten a detectar muy precozmente los cambios cognitivos y conductuales de las personas adultas mayores, que indiquen la existencia de una probable demencia. Diagnosticar precozmente permite no sólo el inicio oportuno del tratamiento, sino además, la orientación a la familia acerca de cómo retrasar lo más posible el avance de la enfermedad. De igual forma permite educar acerca de los síntomas que se puedan ir presentando, de modo de evitar los conflictos interpersonales que se producen cuando las manifestaciones iniciales son mal interpretadas, producto de los cambios conductuales, así como saber qué hacer frente a las situaciones derivadas de la propia demencia como: accidentes, extravíos, errores financieros o legales, etc. El diagnóstico temprano de las demencias permite además que el propio afectado participe en las decisiones que se deberán tomar, posibilitando que la familia planifique el futuro. Adicionalmente permite educar al cuidador en su propio autocuidado. Tanto desde el sector salud como desde los otros sectores sociales, se deben desarrollar estrategias y líneas de acción que apunten a educar a la población general sobre los primeros síntomas de las demencias y la importancia de la consulta precoz.
  • Tratamiento integral y de calidad para paciente y cuidadores: Una parte importante del tratamiento de las personas con demencia es sin duda la atención de salud. En este sentido, la red asistencial debe ofrecer las intervenciones más costo efectivas tanto farmacológicas (con fármacos cuya eficacia haya sido adecuadamente comprobada) como psicosociales, incluyendo siempre al cuidador/a en todo el plan de tratamiento.


La atención de salud de las personas con demencia debe incluir además, la información y educación a la familia, la capacitación del cuidador primario, la eliminación de barreras arquitectónicas en la casa, la estimulación física y cognitiva diaria y el contacto con asociaciones de familiares de enfermos con demencia. Asimismo, y en conjunto con otros sectores, el tratamiento debe asegurar los cuidados al final de la vida y los cuidados paliativos.

  • Servicios sociales de apoyo e integración: La atención de salud es sólo una pequeña fracción de los cuidados y asistencia que requieren las personas con demencia. Otra parte fundamental dice relación con los esfuerzos que debe hacer la sociedad para ayudarles a mantenerse activos, estimulados e integrados socialmente.


Es fundamental realizar acciones conjuntas entre los distintos sectores, para sensibilizar a la comunidad de modo que disponga de medios para integrar a las personas con demencia en sus propias actividades, al menos por unas horas, permitiendo al mismo tiempo el descanso de sus cuidadores.

Asimismo, se deben garantizar servicios de apoyo adecuados, tanto para las personas con demencia como para sus familias, que aseguren la continuidad de los cuidados durante las diferentes etapas de la enfermedad (por ejemplo, centros de día, asistencia y cuidadores domiciliares, hogares protegidos, residencias de larga estadía, etc.)

Tanto o más importante que lo anterior es la necesidad de generar a nivel social una reflexión ética en torno a las demencias con el objetivo de desestigmatizar estas enfermedades, aumentar su visibilidad y dignificar a las personas aquejadas de una demencia. Esto facilitaría la creación de redes de apoyo ciudadano para las personas afectadas y sus familias, al mismo tiempo que permitiría el reconocimiento público del rol social del cuidador y el desarrollo de medidas de apoyo y soporte a éste.

Atención integral de las personas adultas mayores

Tanto la realidad demográfica así como las características sobre “el modo de enfermar” de las personas adultas mayores, conducen a la imperiosa necesidad de ordenar, coordinar, jerarquizar y protocolizar los cuidados sanitarios, a la vez de entramarlos a la malla de la asistencia social, cuando ello corresponda, en especial para los casos con compromiso funcional más irreversible tanto en lo físico como en lo mental.

En el marco del Modelo de Atención Integral de Salud con enfoque Familiar y Comunitario, definido con la reforma de salud, se plantea específicamente para las personas adultas mayores plantear un piso básico garantizado mediante la conformación de equipos que realicen la Valoración Geriátrica Integral (VGI) en toda la red asistencial, y la implementación de la Asistencia Geriátrica Integrada en red. Poniendo especial énfasis en:
  • Asistencia integrada. Se refiere simplemente al hecho que las personas adultas mayores requieren ser integradas a todos los niveles y cartera de servicios con que se dispone.
  • Asistencia integral. Supone la aproximación holística de la problemática de salud de las personas adultas mayores, vale decir, su dimensión biomédica, mental, funcionalidad física y social, en otras palabras, se refiere a la Valoración Geriátrica Integral, que se debería aplicar en todos los niveles de la red asistencial.
  • Atención progresiva y continuada. La persona adulta mayor, como cualquier sujeto, puede presentar toda la variante de cuadros médicos, agudos, quirúrgicos etc., pero la tendencia clara es hacia los cuadros crónicos y discapacitantes, por esto último es que se justifica la necesidad de contar con cuidados continuos. El cuidado progresivo se refiere al “progreso desde la dependencia hasta lograr la independencia”, vale decir, desde el inicio de una enfermedad aguda o crónica reagudizada que discapacita en forma severa hasta completar la recuperación funcional o minimizar las secuelas. En este punto debe considerarse igualmente el planteamiento de estrategias para el cuidado del cuidador. Sobre todo en el caso de las personas con mayor dependencia.
  • Fase aguda: Se entiende que en la fase más aguda o crítica de la enfermedad el objetivo prioritario es salvar la vida, pero para el caso de las personas adultas mayores es esencial iniciar de inmediato las medidas rehabilitadoras a fin de minimizar el riesgo de secuelas funcionales futuras. Esta fase incluye desde la misma UCI, pasando por la Unidad Geriátrica de Agudos (UGA) cuando existen, hasta las camas básicas indiferenciadas.
  • Fase intermedia rehabilitadora: En esta etapa el objetivo es iniciar de inmediato el proceso de rehabilitación, esta etapa no siempre es obligada; y aunque hay algunos servicios europeos que ofertan esta etapa en camas de rehabilitación o de “unidades de recuperación funcional”, se tiende a efectuarlo en el ámbito ambulatorio, por ejemplo en el Hospital de Día como es el caso del Instituto Nacional de Geriatría del SSMO, o bien a nivel más comunitario como los Centros Comunitarios de Rehabilitación.
  • Fase de cuidados continuados: Por lo general, aunque no siempre, las personas adultas mayores cuando enferman, en especial los más frágiles o vulnerables, requieren de una vigilancia más activa para el logro de su estabilidad clínica. Esta vigilancia continuada debería ser, en un principio, responsabilidad de los equipos de Atención Primaria.
  • Domiciliaria: Incorpora a las personas adultas mayores dependientes severas. Falta seguir trabajando en el desarrollo de un plan o programa nacional dirigido a la persona adulta mayor medianamente discapacitado, al frágil o con algún nivel de demencia, en especial aquellas con trastornos conductuales asociados. Estos puntos recién descritos llevan a afirmar la necesidad imperiosa y estratégica de contar con equipos de atención primaria capacitados en la atención de las personas adultas mayores, como se ha venido desarrollando desde hace ya un tiempo desde el Ministerio de Salud, en conjunto con el Instituto Nacional de Geriatría y Universidades.
  • Atención interdisciplinaria. La asistencia al paciente geriátrico requiere de todos los profesionales de la salud involucrados independiente del nivel asistencial, vale decir, desde el ámbito comunitario, atención primaria, hasta el nivel terciario. La estrategia sugerida son las intervenciones protocolizadas a través de consultorías de especialidades, con la participación de algunos estamentos profesionales con “mayor intensidad” que otros, según sea el caso clínico.


En síntesis la atención a las personas adultas mayores compromete a los niveles de la red asistencial, comunitarios y sociales, los que deben dar una atención escalonada de acuerdo a los diferentes grados de necesidad según estas surjan desde los distintos grados de enfermedad y /o discapacidad que planteen las personas mayores dentro de una determinada área. Esta atención debe seguir las características ya descritas de ser integrales, integradas, interdisciplinarias, especializadas y rehabilitadoras para integrar a la persona adulta mayor a su medio.

En el marco del modelo de atención integral de las personas mayores se formulan dos planes a ser implementados progresivamente, el plan de demencia y el plan de rehabilitación.


 Plan de Rehabilitación

Antecedentes

La relevancia de la cuantificación a través de la Valoración Geriátrica Integral, es fundamental para la elaboración de un plan de tratamiento. La Organización Mundial de la Salud recomienda para la Atención Primaria de Salud (APS) un registro claro de la funcionalidad de la persona adulta mayor, a fin de contar con datos útiles que permitan determinar la referencia de la persona mayor a la intervención específica requerida.

Con la caracterización y clasificación de la población adulta mayor (FONASA) obtenida a través de los EMPAM y más específicamente del EFAM, se puede proyectar el curso de la intervención, respondiendo así a la pesquisa temprana (diagnóstico), tratamiento, intervención, rehabilitación oportuna, y mantención según la realidad de cada caso y la consecutiva referencia a los dispositivos de salud pertinentes.

Detección precoz e intervención temprana

Dentro de los procesos de pesquisa diagnóstica en APS se encuentran:
Las Unidades de Atención Oftalmológicas (UAPO), que fueron creadas para ayudar a disminuir las listas de espera y entregar una resolución más rápida a las necesidades de atención oftalmológicas de la población, actualmente todavía escasas, pero con resultados efectivos, por lo que a corto plazo habría que potenciar su aumento, ya que estas pueden brindar información relevante respecto a los trastornos sensoriales visuales que puedan presentar las personas mayores, así como también el GES de hipoacusia en el adulto mayor, artrosis, entre otros. Estos programas deben estar relacionados y en constante comunicación con la APS y con el nivel secundario y terciario. Esto para dar una intervención integral, integrada y coordinada a los usuarios adultos mayores y sus familias. Como parte importante de la Valoración Geriátrica Integral de la persona adulta mayor, se releva la valoración funcional y social, con el objetivo de obtener información respecto al impacto de la condición de salud en ellas y cuál sería la situación de dependencia y/o discapacidad que presenta, siendo así posible clasificar a la población en control; también permite identificar la situación de la familia y la red de apoyo, considerando la existencia de un cuidador/a principal. Todo esto, con el objeto de proyectar la intervención de los equipos de salud y de rehabilitación abordando la problemática de manera integral e integrada.

Rehabilitación y prevención de discapacidad y/o dependencia
.
La rehabilitación trata de mejorar el funcionamiento individual de una persona (comer, desplazarse, compras, etc.), incluyendo los cambios en el ambiente de esta (eliminación de barreras físicas, sociales, etc.) con el propósito de reducir el impacto de una gran variedad de condiciones de salud. Esto implica la identificación de los problemas y las necesidades de la persona adulta mayor, la relación de los problemas con los factores personales y ambientales de esta, requiriendo de la definición de los objetivos del proceso rehabilitación, de la planificación de la intervención y la evaluación de la misma.

En general, la rehabilitación tiene lugar durante un periodo de tiempo determinado, pudiendo implicar una intervención única o varias por parte de una persona o un equipo de profesionales de la rehabilitación, y también puede resultar necesaria desde la fase aguda o inicial que sigue inmediatamente al reconocimiento de un problema de salud hasta las fases posterior y de mantenimiento. Para un efectivo desarrollo de este proceso, es transcendental que comience en una etapa temprana del disfuncionamiento, y que las personas mayores y sus familias participen activamente; permitiendo así obtener un mejor nivel de salud y de funcionamiento.

Para llevar a cabo el proceso completo, este debe ser integrado y continuo, desde la atención hospitalaria hasta la rehabilitación en la comunidad (Stucki .G., 2007), pudiendo mejorar los resultados sanitarios, reducir costos al bajar el tiempo de permanencia en el hospital (Stucki. G., 2005), disminuir la discapacidad y mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores y sus familias (Forster, A., 2009).
Programas establecidos por la red asistencial que responden a los requerimientos de rehabilitación:

  • Unidades o Servicios de Rehabilitación a nivel hospitalario, intervención temprana desde un enfoque biopsicosocial, orientados a preparar, rehabilitar y mantener a la persona adulta mayor para la continuidad del proceso a nivel comunitario o alta.
  • Programa de Rehabilitación Integral, considerando rehabilitación desde un enfoque biopsicosocial y desde una perspectiva de derechos humanos, y utilizando la estrategia de Rehabilitación Basada en Comunidad (RBC), OMS, (2012) con el propósito de dar sustento a los procesos de habilitación y rehabilitación a través del desarrollo comunitario. El propósito es mejorar el funcionamiento actividad y participación (OMS, 2001) de las personas adultas mayores, considerando factores personales y ambientales; y a través de intervenciones como orientación en movilidad (trastornos sensoriales visuales); habilidades de comunicación (trastornos sensoriales auditivos); indicación y preparación en uso de ayudas técnicas (órtesis, prótesis y adaptaciones), vinculación con la red social y comunitaria, educación y capacitación a la persona adulta mayor y su familia (promoción y prevención).


El instrumento que se utiliza en rehabilitación para evaluar y medir la situación de discapacidad y el desempeño de las personas en situación de discapacidad a lo largo de todo el ciclo vital es el Instrumento de Valoración de Desempeño en Comunidad, el cual es incorporado en la evaluación que realiza el equipo interdisciplinario de rehabilitación. Con esta evaluación biopsicosocial y con metodología CIF, se podrá medir el impacto de la intervención realizada en conjunto entre la persona adulta mayor, su familia y el equipo, permitiendo identificar las actividades que presenta mayor dificultad la persona e identificar los factores ambientales que son facilitadores u obstaculizadores.
  • Programa de Atención Domiciliaria, considerando rehabilitación y mantención, desde un enfoque biopsicosocial y una perspectiva de derechos humanos; cuidados paliativos; apoyo, soporte, educación y capacitación al cuidador/a y a la familia.
  • Guías de Práctica Clínica MINSAL (Ministerio de Salud, 2011)
  • Orientación y Movilidad para adultos con orígenes de discapacidad visual (en desarrollo actualmente DDR).


Soporte al cuidador/a

Los cuidadores/as son un grupo vulnerable y en riesgo de presentar condiciones de salud desfavorables que podrían causar una situación de discapacidad, dada la sobrecarga que implican los cuidados dirigidos a las personas adultas mayores, que presentan disminución en su funcionalidad, funcionamiento o situación de dependencia.
La carga de la atención provoca en muchos casos estrés en las familias, sobre todo en las mujeres, que suelen ser las encargadas de las labores domésticas también (Budlender, 2008). Los factores que contribuyen al estrés, y que podrían repercutir en la salud del cuidador/a, son principalmente el tiempo dedicado a la atención de este familiar, el aumento de las labores domésticas, la perturbación del sueño y el efecto emocional de la atención (Rogers, 2003).
Las familias requieren de capacitación para colaborar con los cuidadores/as, determinar las funciones, establecer límites y potenciar a su familiar mayor, necesitando también información sobre los servicios disponibles en la comunidad y en los servicios de salud. Esto debido a que, generalmente, el cuidador es una persona sin conocimientos previos sobre el cuidado, que adquiere estas funciones por su posición familiar, y que por tanto va aprendiendo sobre la marcha.
Los servicios de los Centros de Día permitirían proporcionar a cuidadores/as un descanso de las actividades de atención, y entregar asesoramiento psicosocial a fin de aumentar el bienestar familiar general. El trabajo intersectorial cobra gran relevancia para el desarrollo de servicios de Centro de Día incluyendo el trabajo con instituciones públicas como privadas, orientadas a los cuidados de personas adultas mayores.

Plan de Demencia

Antecedentes
La demencia es un síndrome adquirido, caracterizado por la pérdida progresiva de memoria y de otros aspectos cognitivos. El elemento fundamental que distingue al cuadro de demencia del deterioro cognitivo benigno asociado al envejecimiento normal y del deterioro cognitivo leve, es su capacidad de afectar significativamente el nivel de funcionamiento de la persona, interfiriendo con las habilidades sociales, el trabajo y/o actividades habituales, lo que impide llevar una vida independiente.
Las estimaciones actuales indican que 35,6 millones de personas en el mundo viven con demencia. Este número se duplicará para el 2030 y será más del triple en 2050. El nuevo 146

informe Demencia: una prioridad de salud pública, publicado por la OMS, (2012) recomienda que se mejore el diagnóstico precoz, la sensibilización del público acerca de la enfermedad y reducir el estigma, y proporcionar una mejor atención y más apoyo a los cuidadores. (Depresión y demencia son los trastornos mentales que más afectan a los mayores de 60 años en el mundo) (OPS/OMS, 2013).

La etiología y patogenia de la demencia es múltiple. La Organización Panamericana de la Salud señala que el 55% de ellas corresponde a la enfermedad de Alzheimer, un 15% a demencias vasculares y un 13% a causas mixtas, es decir, una asociación de lesiones degenerativas de tipo Alzheimer con lesiones vasculares. (Ministerio de Desarrollo Social, 2006). La demencia afecta progresivamente las capacidades intelectuales, produciendo deterioro de la memoria así como empobrecimiento del juicio, de la conciencia de sí mismo y de la propia situación y capacidad. Afecta también la vida emocional de la persona, produciendo labilidad emocional y/o irritabilidad, apatía y egocentrismo. Todo lo anterior determina un deterioro de la capacidad de rendimiento social y laboral.

En los últimos años la prevalencia de esta patología ha alcanzado un 3,9% de la población mundial, proyectándose un incremento al 6,9% para el año 2020 y al 13,1% para el año 2040 (Ferri, CP., Prince, M., et al., 2005) La prevalencia estimada del deterioro cognitivo leve, oscila entre el 3 al 22% en los mayores de 65 años, según los distintos criterios diagnósticos (Lopez, 2003). Por otra parte, la prevalencia de la demencia oscila entre un 5 a 8 % en los adultos mayores jóvenes (60 a 65 años). y se duplica cada 5 años, llegando a alrededor de un 50% a los 85 años de edad (Kukull, 2000).

En Chile, según la Encuesta Nacional de Discapacidad del 2009, se constató una prevalencia de demencia de 8,5% en personas mayores de 65 años; entre los de 75 a 79 años aumenta a 10,1 % y en los mayores de 85 años a un 32,6%. En relación a la carga de la enfermedad, la demencia tipo Alzheimer (la más frecuente de las demencias) figura en el lugar 18 como causa de pérdida de años de vida saludable (Ministerio de Salud, 2007).

Se analiza la población bajo control, beneficiaria del sistema de salud público en el programa de salud mental, el 10,3% de la población corresponde a población de 65 y más años. Al desagregar según causas, el Alzheimer y otras demencias, son responsables de aproximadamente el 1,12%, de los pacientes bajo control en el programa de salud mental.

(7.251), y de estos, el 53% corresponde a mayores de 65 años. Al comparar según sexo, los hombres mayores de 65 años son responsables de aproximadamente el 19% y las mujeres del 34% de los casos atendidos (Ministerio de salud, 2011). Esto obliga al sistema de salud a generar políticas de intervención oportuna en la población adulta orientada a los grupos objetivos descritos.

El mayor desafío en salud en relación con el diagnóstico y manejo de las demencias, se aprecia en la necesidad de pesquisar el deterioro cognitivo en los estadios iniciales. El deterioro cognitivo leve, se considera un estado prodrómico de una futura demencia, del cual sólo una parte de los afectados (cerca de un 10 a 15%), desarrollarán una demencia propiamente tal. Por esto, representa una oportunidad única para intervenciones que prevengan la progresión de la enfermedad (BEHRENS, 2007). Sin embargo, debido a que son patologías de difícil diagnóstico, se estima que aproximadamente el 75% de los pacientes con demencia moderada a severa, y más del 95% de los pacientes con trastornos cognitivos leves, no son pesquisados. (Gifford, 1999)

El equipo de atención primaria es el primer actor del sistema de salud en evaluar a los pacientes con trastornos cognitivos y demencias y constituye la puerta de entrada a la oferta integrada de atención.

El primer paso es efectuar el examen médico preventivo de las personas mayores (EMPAM), cuyo objetivo es evaluar su funcionalidad en general y dentro de sus resultados identifica personas en riesgo o con sospecha de demencia. 
Otro desafío en la generación de políticas del adulto con trastorno cognitivo, al igual que en discapacidad, es el apoyo para los familiares y/o cuidadores, quienes poseen un rol prioritario en la atención de estas personas. La presencia de un familiar con demencia provoca un tremendo impacto socio-económico en las familias, en la sociedad, y en el sector salud.
En la Atención Primaria se recibe a las personas que cuidan a pacientes con demencia, afectados por el estrés emocional que supone la lenta pérdida de un ser querido y a la enorme carga que su cuidado conlleva. Este estrés se produce cuando las demandas internas o externas exceden su capacidad de respuesta (Lazarus, 1984).

Los estímulos que pueden producir estrés son:

  • Acontecimientos vitales
  • Pequeños contratiempos
  • Estímulos permanentes



Por otra parte, es común que se creen complejos lazos y mecanismos psicológicos que agravan más la carga y el sufrimiento.


Se debe considerar que el acto de cuidar está asociado a importantes niveles de sobrecarga emocional y física, así como a numerosos costos personales, afectando el trabajo y/o estudios, vida familiar, pareja, salud, ocio y el tiempo libre (Schulz, 2004 )

Además, se enfrentan importantes conflictos con el resto de la familia, que tienen que ver con la manera de entender la enfermedad y las estrategias que se emplean para manejar al familiar. En ocasiones, lejos de ser apreciado, estimulado y comprendido, el cuidador permanente es criticado y no recibe apoyo del grupo familiar.

El objetivo del plan de demencia es desarrollar un trabajo continuo y articulado en la red, que permita tanto el diagnóstico precoz, como la atención integral de las personas mayores con deterioro cognitivo y demencia, a través de toda la red asistencial, poniendo especial énfasis en:

1. Potenciar las acciones de prevención del deterioro funcional en la esfera cognitiva y de la promoción de la salud de forma de favorecer la autonomía y autovalencia de las personas mayores.

2. Mejorar la oportunidad y calidad de la evaluación diagnóstica de las personas con demencia y trastorno cognitivo, a través de la aplicación en APS de instrumentos de evaluación específicos.

3. Establecer un plan de rehabilitación cognitiva para personas mayores con deterioro cognitivo leve y demencia leve.

4. Desarrollar un plan de apoyo psicosocial para cuidadores informales y familiares de personas con demencia leve, moderada y severa.

5. Fortalecer la referencia y contra referencia para la atención y tratamiento de las personas con demencia y su entorno familiar.

Las estrategias del Programa para las personas adultas mayores para la implementación de la atención de la demencia en personas mayores son:
  • Fortalecer a los equipos de la Atención Primaria en el diagnóstico presuntivo de la demencia, a través de la capacitación continua a los equipos de salud.
  • Implementación de protocolos de referencia y contra referencia, para la resolución de problemas técnicos de especialidad.
  • Coordinar acciones con el intersector socio-sanitario para favorecer el diagnóstico oportuno de demencia y trastorno cognitivo en las personas mayores.
  • Regular la atención de las personas mayores a nivel terciario mediante la creación de protocolos y guías que contribuyan al adecuado manejo de las personas mayores hospitalizados/as por otras causas y que sean portadores de algún tipo de demencia.


PLAN DE ACCIÓN 2013-2020

LÍNEAS ESTRATÉGICAS DEL PLAN

Para alcanzar los objetivos sanitarios para la década, abordar los principales problemas de salud descritos y responder a las necesidades de las personas mayores en Chile, se han identificado las siguientes líneas estratégicas a abordar como Programa de Salud de las Personas Mayores:

Línea Estratégica 1

Abogacía y fortalecimiento del trabajo intersectorial para atender las necesidades de las personas mayores en salud, favoreciendo su calidad de vida y participación social.

Objetivo: Abogar por que en el más alto nivel de la agenda política se visibilicen los requerimientos y necesidades de las personas adultas mayores en el desarrollo de políticas, planes y programas de todos los sectores públicos y privados, que favorezcan su salud integral, calidad de vida y participación social.

Línea Estratégica 2

Comunicación social y participación de los medios de difusión.

Objetivo: Establecer alianzas intra e intersectoriales para desarrollar estrategias de comunicación social que favorezcan la construcción de entornos de apoyo, que promuevan comportamientos saludables en esta población, a nivel nacional y regional

Línea Estratégica 3

Elaboración y difusión de Documentos Regulatorios: normas técnicas, guías clínicas, orientaciones técnicas y protocolos de atención que permitan la articulación de la red asistencial en beneficio de las personas mayores

Objetivo: Establecer el marco regulatorio técnico, administrativo, jurídico y operacional, vinculado a las áreas programáticas priorizadas, para la atención de las personas adultas mayores.

Línea Estratégica 4

Organización de la Oferta de Servicios en salud, sobre la base del modelo de atención integral de la persona mayor, con aseguramiento de la calidad, oportunidad y continuidad de la atención en la red asistencial

Objetivo: Organizar la oferta de servicios del sistema de salud, sobre la base del modelo de atención integral de la persona mayor, asegurando calidad en los distintos niveles de atención, de manera que respondan de manera integral e integrada a las necesidades de las personas adultas mayores.

Línea Estratégica 5

Implementación de intervenciones basadas en la familia y la comunidad que favorezcan la integración social y el nivel de participación de las personas mayores

Objetivo: Desarrollar estrategias de promoción y prevención orientadas a fomentar factores protectores que contribuyan al desarrollo integral de las personas mayores, con intervenciones basadas en la familia y la comunidad.

Línea Estratégica 6

Desarrollo de Recursos Humanos

Objetivo: Contar con recursos humanos con competencias y habilidades, que respondan a las necesidades y características de la población adulta mayor.

Línea Estratégica 7

Fortalecimiento de sistemas de información confiable

Objetivo: Fortalecer el sistema de información en salud de las personas adultas mayores, generando información de calidad en los distintos niveles, que permita facilitar la toma de decisiones, el monitoreo y la evaluación de las respuestas institucionales.

Línea estratégica 8

Aporte financiero consistente, permanente e incremental en concordancia con las necesidades detectadas, prioridades programáticas y la progresión del desarrollo del programa


Objetivo: Desarrollar un plan de soporte financiero sustentable que permita la implementación del Programa Nacional de Salud de las Personas Mayores, realizando anualmente evaluación de logro de resultados comprometidos 


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